Bien sabemos que los niños y los animales tienen en muchos casos un vínculo afectivo que les hace muy bien a ambas partes. Uno de los deportes en donde se “exige” esa conexión es la equitación. Una actividad deportiva en donde se puede comenzar desde temprana edad la cual beneficia al niño de manera psicológica y física en su desarrollo.
El caballo es un animal que permite el vínculo, ya sea tocarlo, acariciarlo, etc. Por otro lado este a su vez pide su alimentación, su cuidado, y su respeto. Es un tanto ilógico de pensar, pero el mundo animal es tan grandioso, que este tipo de “acciones” se da perfectamente.
El niño aprende a respetar y el sentido de la responsabilidad, valores que son muy prescindibles para su desarrollo. El deporte en si implica el aprender a domar y montar al caballo, esta actividad también favorece la musculatura del niño, la coordinación y el equilibrio, cosa que se da también gracias a la sintonía que tenga el animal con el niño.
Se dice que este tipo de actividad es ideal para cierta clase de niños, como por ejemplo aquellos de perfil cerrados y solitarios, así como también aquellos con falta de autoestima y falta de ánimo, o de lo contrario para aquellos niños impulsivos y con dificultades para concentrarse, en donde lo que se destaca es que podrán centrar su interés y su atención en el animal y en el deporte.
Se ha demostrado que el practicar deportes ayuda al enriquecimiento de la experiencia y la superación por medio de la capacidad de adquirir autonomía y decisión, parámetros que le servirán para su desarrollo personal.
Los niños que han participado en las escuelas deportivas han podido disfrutar de esta disciplina deportiva en las localidades de Los Marines y Cortelazor.
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